¿¡Cuántas historias más de dolor deberemos atravesar hasta tomar consciencia de que la vida es vida y que todos las formas son ella?!
La realidad supera siempre la ficción. Esta es una verdad en sí misma que se manifiesta en el mundo y de la cual cada vez nos podemos asombrar más ante ciertos hechos. El cachorro de león que fue herido deliberadamente en sus patas en Rusia por sus captores para evitar que se escape y poder explotarlo, cobrando por una foto con él a los turistas, es ejemplo de esa máxima. Al ver el video, su cara, la ternura en la mirada – la inocencia – manifiesta quién es el más animal de todos los animales, sin lugar a dudas, y con perdón del significado que se le atribuye a la palabra.
Pero la crueldad no llega solo ahí en este caso, sino que además fue separado de su madre a las pocas semanas de su nacimiento, fue explotado por estos “innombrables”, causándole fracturas en las patas traseras, fue golpeado hasta generarle lesiones en la columna y, además, prácticamente no le daban de comer y le arrojaban continuamente agua helada. Noticia que ha dado vuelta al mundo con titulares como: “Un fotógrafo rompe las patas de un cachorro de león para que no escape de los ‘selfies’ con turistas”.
A tal punto fue la denuncia del veterinario Karen Dallakyan, quien se encargó del rescate, la operación de las patas de Simba y divulgó el caso. “Sufrió un océano de dolor por parte de los humanos”, lamentó. La denuncia llegó hasta el presidente, Vladimir Putin, quien ordenó una investigación de inmediato.
Este es un caso más entre tantos animales torturados. Este es un caso más entre tantos animales, millones y millones, que son asesinados por la mano del hombre que aún los considera “un producto comestible” y no un ser vivo con derecho a la vida, la misma vida que eres tú y soy yo. Simba es también la vaca y el cerdo, la gallina y el conejo, los peces…
Mis palabras apuntan a respetar la vida en sí misma como principio fundamental de todos los tiempos. Ya hemos atravesado tantas batallas, guerras, crímenes. A lo largo de la historia de la humanidad, ya hemos justificado con mil y un fundamento antinatural el asesinato de hombres y aún hoy, para algunos, la guerra está justificada. Y no sólo la guerra, los crímenes contra hombres de raza negra y contra mujeres, entre otros. El hombre con su mente de división, proyectando odio y generando sufrimiento en todos los seres vivos. ¿¡Hasta cuándo?!
La matanza de animales es quizás un tema que no muchas mentes – porque creen que es normal comerlos y aseguran “siempre los hemos comido”- quieren adentrarse para ir a la profundidad de la consciencia y encontrar la verdad: todo ser vivo tiene derecho a la vida porque es vida, y no hay más. Si vino a este mundo en una forma determinada (cuerpo humano o cuerpo animal) es con algún propósito del Universo, del Todo.
O acaso ¡¿no nos dimos cuenta de la libertad y plenitud que sintieron tantas aves, peces y mamíferos deambulando durante esta cuarentena humana a raíz del coronavirus, por cada rincón del planeta, apropiándose nuevamente de su hábitat, de su lugar en el mundo?!. La misma plenitud y libertad que sentimos en nuestro interior al verlos. Porque tanto ellos como nosotros somos esa libertad, esa paz profunda.
¿¡Cuántas historias más de dolor deberemos atravesar hasta tomar consciencia de que la vida es vida y que todos las formas son ella, sea un hombre o un animal?! ¡Cuánto pensamiento de separación aún hoy gobierna las mentes!
La decisión es de uno en uno: ¿quiero seguir fabricando un mundo de separación, odio, violencia, sufrimiento y muerte? o ¿quiero crear un mundo que sea reflejo de la unicidad, de la proyección del amor que habita en mi interior?
Solo tengo que reflejarlo día a día.
Juntos, entre todos. Paso a paso crearemos una nueva humanidad.
SILVINA GARRIDO HERMANN