(Para Cándido, de Sevilla y Juana, de Málaga, España)
Ciego he de quedarme
siquiera, por un instante
y aún te vería,
flor de loto roja
vives en la danza del agua,
sobreviviendo al vaivén.
Ciego he de quedarme
y sordo, a la vez
y aún te vería,
a través de tu sonrisa
auténtica y fresca,
imagen pura del querer.
Ciego he de quedarme
y mudo, tal vez
al sentir tus latidos
en mis caricias
y tus besos
del derecho y del revés.
Roble fuerte, colosal erguido,
hojas blandas es tu ser.
Contigo, la lluvia y el amanecer.
Piel de néctar, agallas de mujer,
paloma es tu alma blanca.
Contigo, el día y el anochecer.
Silvina Garrido Hermann