SOLO UN NOMBRE

En España han tenido que cerrar los lugares de ocio nocturno: discotecas, salas de baile y bares de copas. Además, la hostelería y restauración deberán garantizar la distancia obligatoria de 1 metro y medio y tendrán que cerrar a la 1 de la madrugada, recibiendo nuevos clientes solo hasta las 12 de la noche. También se prohibieron los botellones, esta práctica tan común instaurada por adolescentes y jóvenes de reunirse en la calle para tomar alcohol. Asimismo no se podrá fumar ni utilizar cualquier dispositivo para fumar en la vía pública o en espacios al aire libre. Se deberán limitar los eventos sociales a diez personas. Y muchas otras medidas más.

Es la historia de nunca acabar. Aquí y en todo el mundo. El coronavirus es nuestra nueva realidad. Al menos eso es lo que nos dicen. Las informaciones del mundo hablan de muertes, enfermos, contagiados de esta nueva enfermedad denominada Covid-19.

¿Cómo es posible que un nombre haya cambiado la historia? ¿Nuestra historia?

¿Y si todo fuera solo un cambio de nombre? ¿Y si todo fuera solo una denominación?

¿Y si todo fuera solo dejar de nombrar como “coronavirus” o “Covid”?

Acaso tal vez nunca hubiera ocurrido.

Si la gente, en vez de morirse de coronavirus, se estuviera muriendo de neumonía, trombosis, deficiencia respiratoria, ataque cardíaco…

Si cuando fueras al médico, cuando no supiera tu diagnóstico, te diría que tienes un virus y que es necesario atravesarlo, es decir, pasar quince días sin medicación, o tal vez solo un descongestivo y quedarte en casa?…

Si cuando pidieras la baja en el trabajo, el diagnóstico sería un virus, gripe, anginas, neumonitis, o neumonía?…

Si cuando hubieras perdido el olfato o el gusto, los médicos te dirían que estás congestionado a causa de un resfriado?…

Si cuando presentaras síntomas que no corresponderían con alguna enfermedad conocida, dijeran que tienes que hacer reposo y ayuno, como aconsejaban nuestros abuelos y bisabuelos?…

Si cuando tuvieras malestar estomacal, diarrea y dolor abdominal, te pondrían paños de huevo batido con alcohol, como algunos de nuestros antepasados curanderos hacían?…

Dime entonces, si habría coronavirus?

Todo seguiría como antes. La gente se enfermaba de un virus y la gente se moría de neumonía o trombosis.

Solo un nombre nos cambió la vida. Solo una estadística nos hizo más vulnerables y manipulables.

La denominación “coronavirus” fue impuesta por los grandes poderes del mundo. Aquellos que no vemos, que manejan nuestras vidas y que nos hacen cada vez más esclavos integrales. O acaso a lo largo de la historia de la humanidad ¿no convivimos continuamente con virus y bacterias?

Somos marionetas dirigidas según aquellos que tienen poder y buscan más poder. Dominando al mundo entero se sienten “los dioses de la Tierra”.

¿Y si todo fuera solamente para obligarnos a ponernos la denominada “vacuna”? No sabemos qué es en definitiva lo que pondrán en nuestros cuerpos.

Quizás esos “dioses terrícolas” solo están experimentando con nosotros, chanchitos de la India, para “fabricar” una nueva humanidad, más robotizada, más controlada, más dirigida al consumismo, más deshumanizada que nunca. Tal vez esos “poderosos”, llenos de ambición y dinero, están manipulando al hombre para esclavizarlo aún más, sin que el hombre se de cuenta, creyendo que vive en democracia y que aún es libre.

Silvina Garrido Hermann

Spread the love