Cuánto dolor encierra mi corazón
en días de luna y de sol
la infamia asesina
que acecha
en días de gloria
y proeza.
Bajeza del alma
que encierra nubarrones
sórdidos, donde
ancla el cretino
señor de señoríos.
Cuánta tristeza puede
acarrear este invierno frío
llevando las hojas
a otro destino,
sin saber siquiera
de dónde han venido.
La infamia no me calla
me subleva en palabra
de vida, corazón
y alma.
Más allá de todo
Digo, he llorado.
Y he llorado todos los llantos
llanto alegre, silencioso, honrado;
he llorado todos los llantos
llanto amargo, ruidoso, salado;
he llorado todos los llantos
llanto estridente, triste, espontáneo.
Sin embargo, nunca he llorado
el llanto del engaño.
Hoy quiero llorar en todos los jardines.
Hoy mi pena late dolor,
hoy lloraré el resto de llantos,
porque es único,
y es canto,
sabe a grito de amor.
SILVINA GARRIDO HERMANN